La
medicina nuclear dio un paso en detección de células cancerígenas
Paredes de plomo, rejas que aseguran el cuarto, cinco habitaciones y dos baños
especiales para pacientes. Así es el Centro de Medicina Nuclear del Hospital
Carlos Andrade Marín del IESS-Quito, que utiliza nueva tecnología para la
detección de enfermedades oncológicas, cardíacas y neurológicas. Lo hace a
través de la nanotecnología, un proceso que permite manipular la materia a
escala minúscula. Precisamente, utiliza las llamadas nanopartículas para crear
las sustancias que permiten detectar enfermedades que no fueron halladas con
radiografías, resonancias magnéticas o tomografías. Una de esas sustancias es
la glucosa radioactiva que es elaborada por los químicos y físicos que trabajan
en este centro. ¿Para qué sirve? Este elemento ayuda a visibilizar las células
cancerígenas y un tomógrafo especial emite las imágenes que son analizadas por
el personal médico. Andrea Martínez, radióloga nuclear del servicio, menciona
que con este examen se detecta si el cáncer se ha esparcido o no a otras zonas
del cuerpo. Además ayuda a precisar el tipo de tratamiento o intervención
quirúrgica que se dará a futuro. Carlos Llugcha, químico del centro de medicina
nuclear, señala que las dosis de glucosa radioactiva se elaboran diariamente,
de acuerdo al peso del paciente. Se lo fabrica así porque con el tiempo pueden
perder radioactividad y su efecto no será el esperado. "Es importante que
la primera muestra sea analizada mediante estudios químicos, físicos y
microbiológicos para que puedan ser aplicadas de forma segura en el
análisis". ¿Cómo funciona? Lo primero que hace un paciente al ingresar al
Centro de Medicina Nuclear es dirigirse a un cuarto en donde el personal médico
toma la presión, mide la estatura y calcula el peso. Luego un radiólogo inyecta
la glucosa radioactiva. Lo hace vía intravenosa. Nadie más puede estar en esa
habitación, pues se trata de una zona radioactiva. Cuando hay niños o personas
que tengan impedimentos para caminar se permite la presencia de un solo
familiar. Hasta que la sustancia localice las zonas afectadas puede transcurrir
al menos una hora. Mientras esto sucede, la persona debe permanecer recostada sobre
un sillón y abrigarse con cobijas, guantes, bufandas y gorros térmicos. El
calor ayuda a detectar con precisión los tumores. Después, el usuario debe
pasar por un tomógrafo y esperar el análisis definitivo. Una luz roja del
equipo detecta la radiación e identifica las zonas afectadas. Solo esa búsqueda
dura aproximadamente de 15 a 20 minutos. Esto depende de la rapidez con la que
las células malignas se pinten en las imágenes. Adriana Noboa, radióloga
nuclear, señala que es importante que las personas se relajen durante el tiempo
que dura el examen médico. Eso mantiene la temperatura corporal. Por eso, sobre
el tomógrafo se encuentra un cuadro con ramas y hojas de árboles. Después del
examen, los pacientes no tienen ninguna complicación física, pueden comer y
realizar sus actividades normales. Pero el centro de salud, como medida
preventiva, recomienda al paciente que no esté en contacto con mujeres en
periodo de gestación y niños durante ese día para evitar los efectos de la
radiación. El centro incluso tiene baños específicos para las personas que se
someten a este estudio, ya que la orina y las heces justamente tienen niveles
de radiación. Los desechos pueden permanecen de uno a tres días en las tuberías
del centro hasta que no haya riesgo y puedan salir a las cañerías de la ciudad.
El hospital del IESS realiza estos exámenes bajo un Consejo de médicos que
determina la importancia y necesidad del estudio de acuerdo al diagnóstico que
ha sido emitido por un oncólogo y respaldado por exámenes especializados. En el
país existen dos equipos que detectan las células cancerígenas en todo el
cuerpo. Están en el hospital de Solca de Guayaquil y en el Hospital del IESS en
Quito. En la capital, los primeros exámenes fueron realizados hace un año y
ahora toma fuerza. De ellos, 339 corresponden a enfermedades oncológicas y el
resto a otros cuadros. Medicina nuclear Es importante que el paciente no
ingiera alimentos que puedan elevar la glucosa y alterar los resultados en el
PET o PEM. Las imágenes tridimensionales detectan células que no son
diagnosticadas con exámenes convencionales. El examen tiene un costo de USD 1
500 a USD 2 000. La transferencia de la sustancia se realiza por medio de un
software instalado en una computadora. 300 Exámenes de pem se han realizado en
lo que va del 2013 en este hospital.
La medicina nuclear dio un paso en detección de células cancerígenas
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://elcomercio.com/tecnologia/glucosaradioactiva-celulascancerigenas-medicinanuclear-salud_0_1022897755.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
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me parece que es un avance mujy importante para la sociedad porque los doctores podan detectar lkas enfermedades mucho ejor.
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