Diseños nacionales, entre las redes sociales y la
pasarela
Facebook (FB), Twitter e Instagram se han
convertido en herramientas para potenciar y promocionar la moda ecuatoriana.
Las vitrinas virtuales son el medio a través del cual los diseñadores se dan a
conocer, se comunican con sus clientes y venden su idea del estilo. Los blogs
han hecho también que la moda trascienda las fronteras de las tiendas, los
locales y los desfiles de moda, para popularizarla. Las redes sociales, como
catapulta al mercado Para dos diseñadoras, las redes sociales, sobre todo FB,
fueron el escalón que ayudó a impulsar sus creaciones. En los casos de Paulina
Anda (Makiatto) y Bertha Serrano (Fulgore), el primer canal de ventas de sus
productos se dispuso vía ‘on line’; y el fenómeno ‘de boca en boca’ que tiene
mucho espacio dentro de la Web, hizo el resto del trabajo. Una vez que los
clientes conocieron los productos y las características de los diseños en el
mundo virtual se dio el siguiente paso: montar un local físico, donde la gente
se acerque y mire los diseños, se los pruebe y los adquiera. Dentro de las redes
sociales existen dos pilares fundamentales para que estos consigan los fines
esperados: la fotografía y la retroalimentación. La producción fotográfica que
se muestra en las páginas web debe cumplir estándares, de acuerdo con la moda
propuesta. Bertha, en el momento de pensar en promocionar su marca, lo hace con
modelos y con un fotógrafo profesional. En Makiatto, la imagen de cada zapato
es trabajada en estudio; ahí se combina con los colores de temporada para que
la propuesta de las redes corresponda a la de pasarela. Una de las
características que une a estas diseñadoras es el trato personalizado a sus
clientes. Las páginas son administradas directamente por ellas, quienes
responden de manera inmediata a todas las inquietudes y comentarios que les dirigen
a través de la Web. Eso les ayuda a medir la popularidad de sus productos y las
preferencias de los clientes. Así también, las páginas se mantienen
actualizadas. “El público virtual puede llegar a ser agresivo”, dice Paulina.
“En Twitter la gente puede decirte ‘qué feos zapatos’ y eso no se puede
moderar”. Bertha, quien además de diseñar es estudiante de Marketing, explica
que a veces la redes pueden ser una puerta abierta para que la competencia se
adentre en una marca. Makiatto, con cuatro años de posicionamiento, ha llegado
a los 35 000 fans dentro y fuera del país. Fulgore, con un año y medio de vida,
bordea los 2 000. Lo virtual y la pasarela “Las redes sociales no van a
remplazar a la pasarela”, suelta Paulina Anda. Esto porque la pasarela es una pequeña
muestra de lo que el diseñador tiene en una nueva temporada. Además de que,
dentro de la moda, no se puede dejar de lado el tinte social que rodea a este
evento; pero las ventas y contactos se realizan en la redes. No se trata de que
la gente prefiera más la una o la otra, sino que cada una esté destinada a
diferentes ámbitos. Mientras la pasarela responde a una necesidad de
posicionamiento entre los expertos y está dedicada a un grupo selecto de
clientes preferenciales; las redes sociales comunican directamente con el
público. Y mientras la pasarela se realiza solamente por temporadas, las redes
sociales son una herramienta atemporal. Para Paulina, las ventas a través de FB
le representan aproximadamente el 30%. Lo que sí se debe tomar en cuenta en este
medio es que se debe mostrar al cliente la realidad del producto. Para
Makiatto, todas las producciones muestran específicamente y al detalle cada
zapato: el producto tal y como es. Además, la diseñadora no cree recomendable
usar modelos, ya que el público se desanima al ver que solo a una chica así le
sienta bien un producto. El local, las redes sociales y la pasarela se
complementan. Las herramientas virtuales son un termómetro de la popularidad
del producto y resultan fundamentales para una empresa de modas.
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