miércoles, 23 de enero de 2013

Diseños nacionales, entre las redes sociales y la pasarela
Facebook (FB), Twitter e Instagram se han convertido en herramientas para potenciar y promocionar la moda ecuatoriana. Las vitrinas virtuales son el medio a través del cual los diseñadores se dan a conocer, se comunican con sus clientes y venden su idea del estilo. Los blogs han hecho también que la moda trascienda las fronteras de las tiendas, los locales y los desfiles de moda, para popularizarla. Las redes sociales, como catapulta al mercado Para dos diseñadoras, las redes sociales, sobre todo FB, fueron el escalón que ayudó a impulsar sus creaciones. En los casos de Paulina Anda (Makiatto) y Bertha Serrano (Fulgore), el primer canal de ventas de sus productos se dispuso vía ‘on line’; y el fenómeno ‘de boca en boca’ que tiene mucho espacio dentro de la Web, hizo el resto del trabajo. Una vez que los clientes conocieron los productos y las características de los diseños en el mundo virtual se dio el siguiente paso: montar un local físico, donde la gente se acerque y mire los diseños, se los pruebe y los adquiera. Dentro de las redes sociales existen dos pilares fundamentales para que estos consigan los fines esperados: la fotografía y la retroalimentación. La producción fotográfica que se muestra en las páginas web debe cumplir estándares, de acuerdo con la moda propuesta. Bertha, en el momento de pensar en promocionar su marca, lo hace con modelos y con un fotógrafo profesional. En Makiatto, la imagen de cada zapato es trabajada en estudio; ahí se combina con los colores de temporada para que la propuesta de las redes corresponda a la de pasarela. Una de las características que une a estas diseñadoras es el trato personalizado a sus clientes. Las páginas son administradas directamente por ellas, quienes responden de manera inmediata a todas las inquietudes y comentarios que les dirigen a través de la Web. Eso les ayuda a medir la popularidad de sus productos y las preferencias de los clientes. Así también, las páginas se mantienen actualizadas. “El público virtual puede llegar a ser agresivo”, dice Paulina. “En Twitter la gente puede decirte ‘qué feos zapatos’ y eso no se puede moderar”. Bertha, quien además de diseñar es estudiante de Marketing, explica que a veces la redes pueden ser una puerta abierta para que la competencia se adentre en una marca. Makiatto, con cuatro años de posicionamiento, ha llegado a los 35 000 fans dentro y fuera del país. Fulgore, con un año y medio de vida, bordea los 2 000. Lo virtual y la pasarela “Las redes sociales no van a remplazar a la pasarela”, suelta Paulina Anda. Esto porque la pasarela es una pequeña muestra de lo que el diseñador tiene en una nueva temporada. Además de que, dentro de la moda, no se puede dejar de lado el tinte social que rodea a este evento; pero las ventas y contactos se realizan en la redes. No se trata de que la gente prefiera más la una o la otra, sino que cada una esté destinada a diferentes ámbitos. Mientras la pasarela responde a una necesidad de posicionamiento entre los expertos y está dedicada a un grupo selecto de clientes preferenciales; las redes sociales comunican directamente con el público. Y mientras la pasarela se realiza solamente por temporadas, las redes sociales son una herramienta atemporal. Para Paulina, las ventas a través de FB le representan aproximadamente el 30%. Lo que sí se debe tomar en cuenta en este medio es que se debe mostrar al cliente la realidad del producto. Para Makiatto, todas las producciones muestran específicamente y al detalle cada zapato: el producto tal y como es. Además, la diseñadora no cree recomendable usar modelos, ya que el público se desanima al ver que solo a una chica así le sienta bien un producto. El local, las redes sociales y la pasarela se complementan. Las herramientas virtuales son un termómetro de la popularidad del producto y resultan fundamentales para una empresa de modas.

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