Violencia genera millones de pérdidas por atención médica
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://elcomercio.com/seguridad/Ecuador-salud-atencion_medica-seguridad-dinero-violencia_0_943705626.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.comolencia genera millones de pérdidas por atención médica
os ahorros de tres años se terminaron en seis meses. Entre los pagos de medicamentos y su manutención, Boris Bernabé, un comerciante informal, calcula que gastó unos USD 1 500. Medio año le tomó recuperarse por completo del disparo que recibió en el 2009. De ese episodio de violencia le quedó como secuela una incapacidad para hacer esfuerzo físico. "Casi no puedo correr y debo ponerme una faja para cargar cosas pesadas". Este hombre, un guayaquileño de 43 años que vive en Quito, tiene una larga cicatriz rugosa que le atraviesa el abdomen: desde el ombligo hasta la pelvis. Otra cicatriz más pequeña, redonda como una moneda de 25 centavos, le marca la piel cerca del glúteo. Por ahí pasó el proyectil que lesionó dos centímetros de su intestino grueso. Un desconocido de unos 21 años le disparó cuando intentó asaltar el bus en donde iba Bernabé. imagen Por robarle el auto, un profesional quiteño también fue lesionado. Él tiene 37 años y cuenta que pagó cerca de USD 2 700 por la operación de emergencia que le realizaron en el rostro luego de un asalto. Después de tres meses le hicieron una cirugía plástica para borrar la cicatriz que quedó tras recibir una puñalada en la mejilla que lesionó también el paladar. Esta segunda intervención le costó USD 1 700. "Solo en los medicamentos gasté unos USD 800 porque me atendí en una clínica particular pese a que tengo seguro (estatal). Pero "preferí la clínica, porque en el otro servicio el turno para el cirujano me dieron en cuatro meses". En el Ecuador no hay cifras exactas y oficiales que muestren cuánto le cuesta al país los gastos médicos ocasionados por la violencia. Sin embargo, Pedro Montalvo Carrera, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), estimó que en Quito los gastos en atención médica alcanzaron USD 3 175 520, en solo un año. Esta cifra se levantó con base en 3 528 casos de lesiones reportados durante un año en la Policía. Montalvo, en su informe Costos de la violencia en el Distrito Me tropolitano de Quito, explica que entre los rubros más importantes están los costos en atención médica por casos de violaciones, que alcanzaron los USD 18 092 709 por 251 denuncias y otros USD 675 605 se invirtieron en 1 567 lesiones. En el 2011, el valor promedio de la atención que cubrió el Estado por un paciente en emergencia, en cualquier casa de salud pública del país, fue de USD 600, según estadísticas hospitalarias de la Secretaría Nacional de Planificación. En un centro privado la cobertura en emergencia puede valer igual, si la intervención es mínima, como por ejemplo una sutura. Ese cálculo lo hace Fabián Jarrín, director de Emergencia del Hospital Vozandes, en Quito. Pero si una víctima tiene una herida de gravedad, como una lesión en un órgano, pasa de la atención de emergencia a hospitalización. En un centro privado, una cirugía de trauma toráxico-abdominal por un objeto penetrante cuesta mínimo USD 3 300. Cada día de hospitalización allí suman otros USD 100. Bernabé cuenta que pasó ocho días en un hospital público de Guayaquil y que las cirugías no tuvieron costo, pero los USD 1 500 que calcula gastó para recuperarse fueron para medicamentos y una vacuna contra el tétano, porque los galenos no sabían si en su niñez le habían aplicado la inyección. "Si no fuera por la ayuda de mis primos, cuñados y padres hubiera tenido que empeñar las cosas para costear el tratamiento". Según el Banco Interamericano de Desarrollo, el 85% de las víctimas de actos delictivos en América Latina asumen por su cuenta los gastos médicos y psicológicos. En el país, un estudio relacionado a las pérdidas que genera la violencia lo realizó el catedrático Fernando Carrión en el 2007. En el informe El Costo de la violencia en el Ecuador se dice que "ese monto estaría en alrededor del 7% del PIB" si la tasa es de 14,8 homicidios por cada 100 000 habitantes. Según el Ministerio del Interior, el año pasado esa tasa bajó al 12,1. Las pérdidas calculadas por Carrión son ocho veces más altas a la inversión hecha por el Ministerio del Interior en el 2012 para la creación de 425 UPC: USD 250 millones. Jimmy Morales, un padre de 35 años, recibió una puñalada en el abdomen cuando un grupo de jóvenes le robó las zapatillas que llevaba el 3 de agosto del 2010. Estaba a dos cuadras de su casa, en el sector de Bastión Popular, en Guayaquil, y mientras caminó herido hasta su domicilio dijo que nunca perdió la conciencia. "Me desmayé cuando llegué a la puerta y mi mujer me vio ensangrentado. Luego me llevaron en un taxi al hospital". Entre los medicamentos y la recuperación, Morales cree que invirtió USD 800. "Lo más caro eran las vendas, los remedios que debía tomar cada ocho horas y la comida especial que me mandaron". En su caso, la herida que sufrió fue por arma blanca y no dañó ningún órgano, pero le impidió comer arroz o carnes. "Estuve tres días hospitalizado y en casa pasé como un mes y medio comiendo suplementos de vitaminas", recuerda. Luego de que le robaron las zapatillas, Morales quedó hospitalizado tres días en un centro público. La atención fue gratuita. "Cuando no pude trabajar un mes y medio". Él pidió un préstamo de USD 1 000 a su primo para cubrir la manutención de su casa durante el mes y medio que no trabajó. En ese entonces Morales era el único que cubría los gastos de su esposa y su hija de 17 años. De esa noche, tiene una cicatriz de ocho centímetros cerca del ombligo. El tipo de atención S egún Jarrín, director de Emergencia del Hospital Vozandes, una herida con un arma cortopunzante es siempre más fácil que tratar que una hecha con un revólver, pistola, metralleta, etc. "Las balas, por más que no comprometan órganos, dejan lesiones por el impacto o la presión de la detonación". Detalla que por más leve (un roce o una herida muscular) que sea la lesión por un arma de fuego se requiere como mínimo entre uno y tres días de reposo. Para el exdirector de Salud de Pichincha del Ministerio de Salud, Pablo Herrera,se debe valorar el tipo de arma y la localización para establecer un valor por atención. "Una herida a nivel del ojo es diferente a otra en el muslo con la misma arma blanca". El cirujano, con 33 años de experiencia, destaca que el valor mínimo de los medicamentos es de USD 60 para 15 días de tratamiento (fármacos antiinflamatorios para bajar la hinchazón, antibióticos para prevenir las infecciones y analgésicos para reducir el dolor). "Pero si el paciente está muy grave, la cama en terapia intensiva tiene a un valor no menor de USD 1 500 a USD 2 000". Según la Fiscalía, de enero a mayo del 2013 se reportaron 2099 casos de lesiones con imposibilidad para el trabajo de tres a ocho días. La herida de Boris Bernabé le imposibilitó laborar seis meses y a pesar de que han pasado cuatro años del asalto aún no puede jugar fútbol como lo hacía antes. Otra secuela que le quedó es el miedo a que lo asalten de nuevo.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://elcomercio.com/seguridad/Ecuador-salud-atencion_medica-seguridad-dinero-violencia_0_943705626.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.comolencia genera millones de pérdidas por atención médica
os ahorros de tres años se terminaron en seis meses. Entre los pagos de medicamentos y su manutención, Boris Bernabé, un comerciante informal, calcula que gastó unos USD 1 500. Medio año le tomó recuperarse por completo del disparo que recibió en el 2009. De ese episodio de violencia le quedó como secuela una incapacidad para hacer esfuerzo físico. "Casi no puedo correr y debo ponerme una faja para cargar cosas pesadas". Este hombre, un guayaquileño de 43 años que vive en Quito, tiene una larga cicatriz rugosa que le atraviesa el abdomen: desde el ombligo hasta la pelvis. Otra cicatriz más pequeña, redonda como una moneda de 25 centavos, le marca la piel cerca del glúteo. Por ahí pasó el proyectil que lesionó dos centímetros de su intestino grueso. Un desconocido de unos 21 años le disparó cuando intentó asaltar el bus en donde iba Bernabé. imagen Por robarle el auto, un profesional quiteño también fue lesionado. Él tiene 37 años y cuenta que pagó cerca de USD 2 700 por la operación de emergencia que le realizaron en el rostro luego de un asalto. Después de tres meses le hicieron una cirugía plástica para borrar la cicatriz que quedó tras recibir una puñalada en la mejilla que lesionó también el paladar. Esta segunda intervención le costó USD 1 700. "Solo en los medicamentos gasté unos USD 800 porque me atendí en una clínica particular pese a que tengo seguro (estatal). Pero "preferí la clínica, porque en el otro servicio el turno para el cirujano me dieron en cuatro meses". En el Ecuador no hay cifras exactas y oficiales que muestren cuánto le cuesta al país los gastos médicos ocasionados por la violencia. Sin embargo, Pedro Montalvo Carrera, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), estimó que en Quito los gastos en atención médica alcanzaron USD 3 175 520, en solo un año. Esta cifra se levantó con base en 3 528 casos de lesiones reportados durante un año en la Policía. Montalvo, en su informe Costos de la violencia en el Distrito Me tropolitano de Quito, explica que entre los rubros más importantes están los costos en atención médica por casos de violaciones, que alcanzaron los USD 18 092 709 por 251 denuncias y otros USD 675 605 se invirtieron en 1 567 lesiones. En el 2011, el valor promedio de la atención que cubrió el Estado por un paciente en emergencia, en cualquier casa de salud pública del país, fue de USD 600, según estadísticas hospitalarias de la Secretaría Nacional de Planificación. En un centro privado la cobertura en emergencia puede valer igual, si la intervención es mínima, como por ejemplo una sutura. Ese cálculo lo hace Fabián Jarrín, director de Emergencia del Hospital Vozandes, en Quito. Pero si una víctima tiene una herida de gravedad, como una lesión en un órgano, pasa de la atención de emergencia a hospitalización. En un centro privado, una cirugía de trauma toráxico-abdominal por un objeto penetrante cuesta mínimo USD 3 300. Cada día de hospitalización allí suman otros USD 100. Bernabé cuenta que pasó ocho días en un hospital público de Guayaquil y que las cirugías no tuvieron costo, pero los USD 1 500 que calcula gastó para recuperarse fueron para medicamentos y una vacuna contra el tétano, porque los galenos no sabían si en su niñez le habían aplicado la inyección. "Si no fuera por la ayuda de mis primos, cuñados y padres hubiera tenido que empeñar las cosas para costear el tratamiento". Según el Banco Interamericano de Desarrollo, el 85% de las víctimas de actos delictivos en América Latina asumen por su cuenta los gastos médicos y psicológicos. En el país, un estudio relacionado a las pérdidas que genera la violencia lo realizó el catedrático Fernando Carrión en el 2007. En el informe El Costo de la violencia en el Ecuador se dice que "ese monto estaría en alrededor del 7% del PIB" si la tasa es de 14,8 homicidios por cada 100 000 habitantes. Según el Ministerio del Interior, el año pasado esa tasa bajó al 12,1. Las pérdidas calculadas por Carrión son ocho veces más altas a la inversión hecha por el Ministerio del Interior en el 2012 para la creación de 425 UPC: USD 250 millones. Jimmy Morales, un padre de 35 años, recibió una puñalada en el abdomen cuando un grupo de jóvenes le robó las zapatillas que llevaba el 3 de agosto del 2010. Estaba a dos cuadras de su casa, en el sector de Bastión Popular, en Guayaquil, y mientras caminó herido hasta su domicilio dijo que nunca perdió la conciencia. "Me desmayé cuando llegué a la puerta y mi mujer me vio ensangrentado. Luego me llevaron en un taxi al hospital". Entre los medicamentos y la recuperación, Morales cree que invirtió USD 800. "Lo más caro eran las vendas, los remedios que debía tomar cada ocho horas y la comida especial que me mandaron". En su caso, la herida que sufrió fue por arma blanca y no dañó ningún órgano, pero le impidió comer arroz o carnes. "Estuve tres días hospitalizado y en casa pasé como un mes y medio comiendo suplementos de vitaminas", recuerda. Luego de que le robaron las zapatillas, Morales quedó hospitalizado tres días en un centro público. La atención fue gratuita. "Cuando no pude trabajar un mes y medio". Él pidió un préstamo de USD 1 000 a su primo para cubrir la manutención de su casa durante el mes y medio que no trabajó. En ese entonces Morales era el único que cubría los gastos de su esposa y su hija de 17 años. De esa noche, tiene una cicatriz de ocho centímetros cerca del ombligo. El tipo de atención S egún Jarrín, director de Emergencia del Hospital Vozandes, una herida con un arma cortopunzante es siempre más fácil que tratar que una hecha con un revólver, pistola, metralleta, etc. "Las balas, por más que no comprometan órganos, dejan lesiones por el impacto o la presión de la detonación". Detalla que por más leve (un roce o una herida muscular) que sea la lesión por un arma de fuego se requiere como mínimo entre uno y tres días de reposo. Para el exdirector de Salud de Pichincha del Ministerio de Salud, Pablo Herrera,se debe valorar el tipo de arma y la localización para establecer un valor por atención. "Una herida a nivel del ojo es diferente a otra en el muslo con la misma arma blanca". El cirujano, con 33 años de experiencia, destaca que el valor mínimo de los medicamentos es de USD 60 para 15 días de tratamiento (fármacos antiinflamatorios para bajar la hinchazón, antibióticos para prevenir las infecciones y analgésicos para reducir el dolor). "Pero si el paciente está muy grave, la cama en terapia intensiva tiene a un valor no menor de USD 1 500 a USD 2 000". Según la Fiscalía, de enero a mayo del 2013 se reportaron 2099 casos de lesiones con imposibilidad para el trabajo de tres a ocho días. La herida de Boris Bernabé le imposibilitó laborar seis meses y a pesar de que han pasado cuatro años del asalto aún no puede jugar fútbol como lo hacía antes. Otra secuela que le quedó es el miedo a que lo asalten de nuevo.
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